Al amparo de una débil luz se abre el telón. En escena, Ángel acebes y Eduardo Zaplana templan los instrumentos. Dirige la orquesta Rouco Varela. Desde la tramoya, observan Gallardón, Rajoy y su niña.
Mientras suenan los primeros acordes del famoso tema de Ramón Perelló y Juan Mostazo, Esperanza Aguirre, más Concha Piquer que nunca, se acerca al micrófono y mira a los ojos al único espectador del cabaret: Federico Jiménez Losantos. Tras dedicarle la canción, Esperanza empieza a cantar:
Na te debo,
na te pido,
me voy de tu vera
olvídame ya
que pagao con oro
tus carnes morenas
no maldigas paya
que estamos en paz.
No te quiero,
no me quieras,
si to me lo diste
yo na te pedí,
no me eches en cara
que to lo perdiste
también a tu vera
yo to lo perdí.
Bien pagá,
si tú eres la bien pagá
porque tus besos compré
y mi te supiste dar
por un puñao de parné,
bien pagá,
bien pagá,
bien paga fuiste mujer.
¿Está tan solo Losantos? No lo crean, aun despechado por unos y ninguneado por otros, siempre le quedará un público fiel. Como los 200 frikis que se manifestaron el viernes pasado en la calle Génova -reparen en ese cruce entre Marujita Díaz y Carmen de Mairena- o taxistas como el que protagoniza el siguiente vídeo, gentileza de Abel Sierra.
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