miércoles, 18 de noviembre de 2009

El cabreo de Ricardo Costa


Dicen que Ricardo Costa se la tiene jurada a Fernando Alonso porque cree que éste ha esperado a que le echaran del PP para fichar por Ferrari. Que mientras fue lo más de lo más en el partido, el asturiano solo conducía vulgares y proletas modelos de Renault.

Por eso dicen que a Ricardo, tan amante de los coches de lujo como pródigo en el llanto fácil, se le caen las lágrimas de envidia viendo a Camps pilotar sobre un cavaletto rampante.

Y como la grima y los celos no se llevan bien con la razón, hay quien advierte que si Camps no quiere verse un día fiambre en la cuneta, como él mismo profetizó, en lugar de desconfiar de los socialistas, haría muy bien en cuidarse de alguno de sus otrora amiguitos del alma, hoy encarcelados o vagando sin oficio o beneficio, en los que sin duda puede anidar la semilla del rencor.

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