miércoles, 18 de marzo de 2009

Especies protegidas

La Iglesia Católica de Estados Unidos pagó en 2008 un total de 436 millones de dólares para evitar juicios por pederastia hacia sus miembros. En total se presentaron 803 denuncias (un 16% más que en 2007) de las que más de la mitad corresponden a niños.

La verdad, no sé si un bebé español estará más protegido que un lince ibérico, pero estoy en condiciones de afirmar que un jaguar o un puma americano goza de más tranquilidad que cualquier tierno infante que merodee alrededor de una iglesia católica en aquel país.

Y es que mientras no se tiene constancia de que ningún felino haya presentado denuncia por enculamiento, son miles los niños que han acabado acusando a sacerdotes por abusos sexuales de todo tipo. Eso sí, estos curas son coherentes. No los matan, no. Sólo se los follan y a buen seguro sin condón, por lo que Benedicto XVI puede respirar tranquilo.

Y entretanto, quienes se autoerigen como defensores de la vida al condenar el aborto, tienen los santos cojones de estigmatizar el uso del preservativo, lo que llevará a una muerte segura a aquellos pobres desgraciados -en el sentido más humano de la palabra- que se lo crean.

Desde luego, cualquier africano, pobre y de religión católica, está mucho más cerca de la extinción que el lince o el alimoche..

martes, 17 de marzo de 2009

Pactos de perdedores

La previsible investidura de Patxi López como Lehendakari con el apoyo del Partido Popular debería hacernos reflexionar sobre la utilidad, ética o simple eficacia que subyace en los pactos entre perdedores.

La unión de varios partidos con ideologías diferentes –cuando no enfrentadas, como es el caso- cuyo único nexo común se resume en desplazar al partido que ha ganado las elecciones, suele degenerar en desastre. Ha sucedido en Galicia, lo vemos en Baleares y -con significativos matices- lo padecemos en Cataluña. Acceder al poder abrazando el oso exige un precio muy alto. Cuestiones éticas al margen, estos pactos antinatura derivan en ejecutivos débiles, hipotecados, maniatados y difícilmente gobernables que tarde o temprano acaban frustrando las expectativas de su propio electorado.

Por ello, aunque entiendo la alegría de los votantes socialistas de Euskadi -la soberbia que está demostrando el PNV ante la presumible pérdida de poder evidencia lo saludable de un cambio en Ajuria Enea- antes de brindar les preguntaría si, caso de darse las condiciones, suscribirían con idéntico entusiasmo el mismo pacto al revés; esto es, un apoyo incondicional del PSE al PP para que este formara gobierno en Euskadi en detrimento del PNV. Si pese a todo dicen que sí -me extrañaría- recuerdo que tal era la tesis que sostenían Nicolás Redondo Terreros, Rosa Díez o Gotzone Mora, hoy fuera del partido por defender eso mismo que se dispone a hacer Patxi López. Curioso ¿verdad?

Reconozcámoslo. En política, pillar cacho a cualquier precio resulta tan tentador que la aritmética acaba prevaleciendo sobre la ideología. Un preclaro ejemplo lo tenemos en los socios de Izquierda Unida en Euskadi. Y es que los chicos de Ezker Batua, tras años y años sustentando al derechista PNV mientras hacían inútiles guiños a la izquierda abertzale, en cuanto se han dado la gran hostia han recuperado de golpe su sentido nacional. De hecho ahora no descartan apoyar a Patxi López. Por si cae alguna migaja, supongo.

En fin, tras dar caña a casi todos –solo he perdonado a EA y a Aralar, a los felicito por sus resultados- llega la hora de mojarse ¿Cuál sería mi propuesta de gobierno para Euskadi? Lo tengo claro: un gobierno del PNV participado por el PSE, con capacidad para mantener en la oposición y bien a raya al PP.

Lamento no ser muy original. De hecho, es la opción que prefieren la mayoría de vascos. Y es que la gente no suele votar con calculadoras. Y cuenta con los dedos.