viernes, 4 de julio de 2008

Bono y las corbatas

José Bono regala una corbata al ministro de industria Miguel Sebastián para recriminarle que no use dicha prenda en el congreso de los diputados.

Cualquiera que esté un poco avisado de las tendencias que imperan dentro del look laboral, sabrá que en verano lo primero que hay que hacer es quitarse la corbata. Y no sólo por comodidad sino para no parecer un pringado, un vendedor a domicilio o un encargado de pompas fúnebres.

Pues bien, a José Bono no parecen hacer mella los modernos usos sociales y se escandaliza ante el pescuezo al natural de un ministro. Curiosa concepción de la elegancia para un heredero directo de las chaquetas de pana de Felipe González y supuesto integrante del colectivo de descamisados que pregonara Alfonso Guerra.

Lo que más me preocupa es que este gesto trascienda a la cuestión estética y sea una avanzadilla de las normas que José Bono podría imponer a sus señorías, desde la obligatoriedad de ir a misa los domingos hasta la revisión de policía en uñas y orejas.

Ante tal panorama, el Siglo de Las Luces se cree en la obligación de brindar un par de ideas para hacer más llevadera la canícula a nuestro representantes, sin que su atuendo provoque las iras del presidente del congreso. Observen las fotos y pongan acento francés:
La propuesta femenina mezcla la sobriedad de un atuendo basado en camisa y corbata con un toque de frescura muy femenina que ayudará a aliviar los calores a la ministras, aun a riesgo de elevar la temperatura corporal de sus compañeros de hemiciclo.

La propuesta masculina, claramente minimalista, prescinde de todo elemento superfluo y se centra en unos cómodos gayumbos de un elegante color negro, combinados con una pieza muy especial, que aúna en su diseño lo más bonito de una cruz y de una corbata; una prenda que a buen seguro hará las delicias de José Bono.

7 comentarios:

  1. Le felicito por su excelente gusto a la hora de escoger las fotografías con las que ilustra su ilustrada página. Bueno... algunas tienen mejor gusto que otras.

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  2. la prenda femenina me gusta mas,je,je.

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  3. La ventaja de trabajar en la Administración local: hace años que no llevo corbata. Aunque me gustan, odio las imposiciones absurdas como ésa. En otros países (Suecia, v.gr.) son más laxos con la etiqueta y no parece que su economía vaya peor.
    Saludos.

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  4. Y ese, el de la foto, Rouco no le excomulga???

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  5. Holaaa, eso si que son largas vacaciones... Un abrazo desde la gran manzana.

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  6. Con los asuntos importantes de los que debatir en el Congreso porque afectan a los ciudadanos, perder el tiempo haciéndolo sobre la corbata del ministro de Industria, es anecdótico, pero ya que estamos y, en mi opinión, el uso de la corbata representa mucho más que la uniformidad obligatoria en sentido disciplinario, incluso frívolo o coqueto según los cánones de moda. Es la tarjeta de presentación del indivíduo y por la que se le define personal y profesionalmente. La corbata es una muestra de respeto al público en todas las profesiones (no oficios) que así lo requieren, pero también es la elegancia, e ignorar esta percepción tan arraigada en nuestra sociedad desde hace siglos, sería como privar a un gitano de su corbata en los bodorrios, ji ji. Dicho esto, más le valiera al ministro de Industria presentar un plan serio para ahorrar energía, en vez de recurrir tontamente a la corbata. Y si el ministro tiene calor, que se aguante, como yo me tengo que aguantar con mis taconazos en el trabajo en vez de acudir en chanclas o zapatillas. La diferencia estriba en diferenciar el recinto profesional de otros eventos o actos que requieren vestir de forma coloquial, algo que no está al alcance del intelecto de algunos, por lo que se ve.

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