El otro día, mientras aliviaba en los lavabos de la Accademia de Florencia las necesidades típicas de cualquier turista sorprendido en una ciudad extraña, leí un graffiti -escrito en castellano- que decía:“Aquí meó uno de Sabadell el día…”
A continuación, alguien había añadido:
“Y después meó uno de Almería que por mucho que te joda es tan español como tú ¡Hijo de puta!”.
Mientras dedicaba el regalito que en esos momentos descendía por el subsuelo florentino al imbécil salvaespañas, dos reflexiones acudieron a mi mente.
La primera, lo peligroso que resulta identificarse como Sabadellense, aún en tierras extranjeras. Y lo innecesario de ensuciar la puerta de un lavabo con tan inocentes proclamas.
La segunda y más importante, evidenciar que la famosa frase “el nacionalismo se cura viajando” es mentira. El corto de miras lo seguirá siendo por más que recorra medio mundo –Alfonso Rojo es un buen ejemplo- y quien es gilipollas siempre ostenta su condición, lo quiera o no y se encuentre donde se encuentre.
Imagino que los descerebrados que se niegan a condenar el reciente atentado de Durango también habrán salido alguna vez del caserío, sabrán que en Europa no se defienden las ideas a golpe de bomba –quizá la Mafia- y que sus actitudes inhumanas solo provocan rechazo e indignación. Y sin embargo ahí siguen.
Lo que les digo, si la estupidez pudiera resolverse con un cambio de aires, cabría plantearse el alquilar unos cuantos aviones y barcos –bastantes- y enviar de vacaciones durante un tiempo a aquellos que se empeñan en jodernos la convivencia.
Seguro que las naves se llenarían de salvadores de patrias.
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¿A lo mejor era del banco (el de Sabadell), celebrando los resultados del ultimo trimestre? Bajando a la mina de sal cerca a Cracovia vi el famoso "¡Teruel Existe!" en una de las paredes. Las cosas que hay que hacer para saberlo.
ResponderEliminarImagino que para los cracovianos debe haber sido toda una sorpresa descubrirque existe Teruel. Aunque conozco a más de uno de por aquí que tendría muchos problemas para ubicar a Cracovia.
ResponderEliminarClaro que si tenemos en cuenta que el Talibán de la COPE Federico Jiménez Losantos nació en Teruel, quizá los ultracatólicos polacos no solo conozcan sino que veneren esta tierra y a sus hijos éprobos.
Coño! Teruel! Precisamente el otro día pasé por Teruel. Me sorprendió muy gratamente la provincia... La había imaginado mucho más parecida a Zaragoza, en plan desierto... pero no! Es un vergel! Volveré....
ResponderEliminarRespecto al tema del día. Hay dos tipos de viajes: el que se mezcla con la cultura visitante y el que viaja como si fuera al Eroski...
Todos somos una raza, la humana. A Sabino le daba yo dos o veinte capones por merluzo........
Teruel es una provincia maravillosa, llena de contrastes. Precisamente estoy planeando una escapadita por la zona turolense del maestrazgo.
ResponderEliminarRespecto al tema de los viajes, soy muy escéptico respecto a eso de mezclarse con la cultura visitante, por ganas que se le eche. Me conformo con un cierto respeto por el país que se pisa y tener los ojos bien abiertos.
En cuanto a Sabino... ¡Me has pillado! Este tipo sí que es una excepción a mi anterior afirmación de que el nacionalismo NO se cura viajando. Y es que Arana -que en le fondo era un misógeno acomplejado- cambió de actitud con respecto a los Españoles cuando, en los últimos años de su vida, conoció por fin Madrid.
Este detalle no suele ser demasiado aireado por sus seguidores.
Teruel existe pero de verdad de la buena. Que desconocida pero preciosa que es.
ResponderEliminarHola, Jim Uba Noi Ente (toma nombrecito) y bienvenido.
ResponderEliminarRepito ¡Teruel existe! Como habrás leído un poco más arriba lo saben hasta los polacos -los de Polonia, no los de Barcelona-.
Sin embargo, aconsejo no gritarlo tanto. Como se enteren "El Pocero" y un par de colegas suyos, son capaces de dejar a Teruel que no la reconoce ni su padre.
Prometo una reseña de mi próxima incursión en esta zona. Quien quiera algo más -un jamón, por ejemplo- tendrá que hacer algo para ganárselo. Se admiten ideas.
Saludos.
si la idiotez se curara con cambio de aires ¡¡ESPAÑA SE QUEDABA VACIA!!
ResponderEliminarNo lo creas, Jose.
ResponderEliminarA la par que enviáramos legiones de imbéciles fuera, tambien endríamos que acoger mareas de cromañones foráneos, embarcados por sus países de origen con la esperanza de que sanaran... o que no volvieran, al menos.
Como creo que la tontería no tiene cura, al final los impresentables serían los mismos. Solo variaría su ubicación geográfica.
Bernardo, Gracias.
ResponderEliminarNo se merecen, Jim. Mucho ánimo.
ResponderEliminarla verdad,tienes razon,sin solucion posible,aunque jamas mos acostumbremos,tendremos que vivir con ello.
ResponderEliminarsaludos