jueves, 12 de julio de 2007

Odios postizos

20070710elpepunac_30.jpgAritz Arginzoniz Zubiaurre fue detenido el pasado martes en la estación de autobuses de Santander. Equipado con una pistola y un temporizador, la actitud inquieta del joven alertó a la policía. Al muchacho le traicionaron los nervios, lo que no tiene nada de raro: el terrorista tiene sólo 22 años.

Aritz nació en 1985, tuvo conciencia del mundo a partir de los 90 y cuando alcanzó la mayoría de edad ya pagaba en euros. Es por tanto un chaval, un adulto recién estrenado en una sociedad que, desde su opulencia, alarga la adolescencia de nuestros hijos mucho más allá de lo que marca la estricta biología.

Aritz ha pasado, sin apenas transición, de la play-station y la bicicleta a la goma-2 y las pistolas. Un terrorista casi niño.


¿Qué mecanismos convergen para que alguien que no debería pensar más que en disfrutar, trabajar o formarse, decida “echarse al monte”, matar o ayudar a asesinar a inocentes, en base a unos agravios que jamás ha vivido en su plácida existencia?

Ojalá conociera las claves, aunque algunas intuyo. Por ello casos como el de Aritz Argingóniz, más allá del lógico rechazo, me producen una infinita tristeza.

Pero sobre todo debería hacer reflexionar a las personas de su entorno, a aquellos que de una forma u otra han influido en su decisión, inculcando a Aritz y a otros tantos jóvenes un imaginario de opresión y sometimiento, de enemigos y patriotas que poco tiene que ver con la realidad en la que viven. Inoculando odios postizos.

Para ellos, más que para Aritz, dirijo mi última reflexión. ¿Provocando dolor inocente y llevando a sus propios hijos a uva vida de delincuencia y marginalidad esperan construir una patria?
[tags]Aritz,Argingóniz,ETA,Santander[/tags]

4 comentarios:

  1. Quiere decir amigo Bernardo, que si tuviera 45 años, las carreras de políticas y filosofa acabadas y fuera padre de tres vástagos ¿sería menos traumático comprender sus motivaciones?.(No se me enfade que entiendo el fondo de lo que quiere decir y sé que abuso de demagogia).
    Críos descerebrados los hay en todos los estratos sociales y en todas las sensibilidades nacionales, tanto si la prioridad irrefrenable en su vida es inmolarse por la patria vasca o intentar meterse dos gramos de cocaina cada noche. El esfuerzo debería centrarse en demostrar a los educadores que la violencia sólo es un callejón sin salida y que transmitir unos valores basados en finiquitar la libertad y las vidas de inocentes no puede ni siquiera plantearse como una regla más del juego, ni siquiera por la defensa, imaginaria o real, de ninguna patria. Independencia sí, pero nunca a costa de la sangre derramada, propia o ajena.

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  2. Me es imposible enfadarme con usted, Baba, ni en prosa ni en verso, ya hablemos de política, de fútbol –¿ha visto el último fichaje del Madrid, “Pepe”? ¡Toma glamour!- o de Bruce Lee.
    Además, aunque el símil con un tipo de 45 años no me parece muy afortunado, ha puesto usted el dedo en la llaga al decir que “hay que demostrar a los educadores que la violencia es un callejón sin salida”
    Ahí está la clave. Mientras una parte de la sociedad vasca viva instalada en sus propios fantasmas –que de hecho se subsisten por su tozudez en mantenerlos frente a la lógica más elemental- siempre habrá cachorros dispuestos a empuñar un arma.
    Y sí, la edad juega un papel decisivo. De hecho pocos tipos deciden con 45 años echarse al monte.

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  3. Pues a mi no me da ninguna pena el criaturo. Con 22 años ya se tiene nocion del bien y del mal. Creo que por intereses multiples, la sociedad alarga la adolescencia de las personas y lo cierto es que con 22 tacos ya sabe uno lo que se hace. Que pague y bien, que la justicia le sea implacable. El no lo pensaba ser pegando el pelotazo que tenia previsto.

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  4. Tata,en ningún momento he dicho que me compadezca de este tipo. Lo que sí me produce una tremenda tristeza es cómo argumentos tan caducos -me refiero al uso de la violencia con fines políticos; a mí la noción de Euskalerría, como la de Catalunya o la de España, me resbala- siguen haciendo mella en chavales que no han vivido uno solo de esos horrores y vejaciones que dicen combatir.
    Y me reitero, el entorno es el principal culpable.

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