jueves, 8 de febrero de 2007

Agapito Maestre no es mediático

amaestre.jpgTiene Agapito cara de llamarse Agapito, y no otro nombre. Infancia difícil presumo pues a Agapito; y es que los niños siempre han sido crueles, antes incluso de inventarse el mobbing.

Quizá por ello Agapito, aunque hace décadas que abandonó la niñez, conserva intacto un fuerte resentimiento hacia sus semejantes. Y lo canaliza en una serie de artículos que Losantos le permite publicar en Libertad Digital. Desde esa columna, Agapito intenta pasar por la derecha a su propio jefe y busca notoriedad arrojando xenofobia y odio a partes iguales. El problema -para Agapito- es que su incendiario verbo pasa desapercibido. Agapito no es mediático.

Le falta a Agapito el caché crispador de Federico Jiménez Losantos, César Vidal o Pío Moa.  Claro que Agapito no ceja en su intento de acceder al olimpo de los vertedores de odio a base de elevar día a día su discurso. Lean unos extractos del último artículo de Agapito:
“Que nadie se haga ilusiones sobre el triunfo de España en Cataluña y el País Vasco" (...) "Podemos reunir a dos o tres mil personas en la plaza de San Jaime, de Barcelona, para creernos que Cataluña aún es España, pero es una manera de engañarnos, de ocultarnos, lo evidente. Cataluña está perdida” (…) “Estamos abocados a la repetición de la historia: el pueblo tendrá que salir a la calle para sacar del poder a los felones que han entregado España a los terroristas y nacionalistas”.

Pues bien ¿a qué repetición de la historia se refiere Agapito?

Porque en la nuestra, los que se lanzaron al ruedo para defenestrar a un gobierno legítimo no fueron millones de ciudadanos, sino un puñado de militares, curas, terratenientes, financieros… y bastantes Agapitos, recogiendo las migajas.

Ya digo, es una suerte que nadie haga caso a Agapito.

[tags]Agapito,Maestre,Libertad Digital,golpismo,xenofobia[/tags]

12 comentarios:

  1. Son demasiadas las veces que se oyen proclamas golpistas ya. Es indecente la crispación generada por personajes resentidos con este que lo único que buscan es devolver el poder político al PP. Y es indecente que estos personajes de extrema derecha le estén haciendo el trabajo sórdido a un PP que no es capaz de definirse como una derecha europea moderada. Asquito dan.

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  2. Yo siempre digo que ellos mismos se hacen su propia propaganda negativa. Eso sí, hay que denunciarlos allá donde vayan. Porque aunque a nosotros nos parezca de una repercusión mediática cavernaria, hay mucha gente que se deja llevar por estos cantos apocalípticos. Droga dura.

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  3. Endurezcamos las leyes.

    Agitar a las masas, espero que secunden sus palabras apenas cuatro incompetentes, debería estar penado por ley de forma implacable.

    Voy a sintonizar Gran Hermano...

    Saludos

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  4. Creo que la incitación al odio tambien es delito en este país, aunque solo se aplica en casos de racismo... y ni eso.
    Es jodido asumir que a esta gente, ese enaltecimiento contrra la legalidad les salga gratis.
    Ahora, como los denuncies y te toque un juez de la "mayoría conservadora" aún te entrullarán a tí.
    Lo que más me preocupa, y es un tema que quiero tratar en un próximo post, es qué va hacer la Derechacomo vuleva a perder las elecciones. Y es que, aunque algunos vean similitudes, la situuación actual es muy distinta a la de los aos 1994 a 1996, cuando una presión mediático-judicial sin precedentes logró su objetivo alconseguir un vuelco electoral que puso a Aznar en el poder.

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  5. Bienvenido a esta página, Goldfinger.
    Voy a dar un paseo más reposado por tu blog. Lo poco que he visto me ha parecido muy interesante.

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  6. Madre mía, cómo se le calienta la boca a algunos...

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  7. Prestar oídos a los desatinos de los subalternos del Ayatolá me parece un ejercicio de reafirmación de la necedad. Leer asiduamente los artículos de sujetos como Luís del Pino, Jorge Valín o el ínclito Agapito Maestre podrían causar algún daño neuronal si a la mala fe unieran unas pequeñas dosis de intelecto; tal y como redactan hoy en día no hay peligro de que sus fobias puedan surtir efecto en cualquier mente medianamente bien amueblada. No se equivoque amigo Bernardo, el peligro real no viene de la zafiedad de esos cuatro palanganeros, no señor, sino de la insidia de sus “superiores” que sí que hacen gala de una agudeza mucho más dañina. El Ayatolá y Cesar Vidal forman parte de ese segundo grupo y su incansable labor empieza a dar sus frutos. ¿Cuánta buena gente, sin maldad ninguna, ha empezado a odiar porque estos personajes han jugado con sus miedos más incontrolables?. Las consecuencias, ojalá me equivoque, las sufriremos todos.

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  8. Código penal; delito de incitación a la sedición.

    Artículo 545.

    1. Los que hubieren inducido, sostenido o dirigido la sedición o aparecieren en ella como sus principales autores, serán castigados con la pena de prisión de ocho a diez años, y con la de diez a quince años, si fueran personas constituidas en autoridad. En ambos casos se impondrá, además, la inhabilitación absoluta por el mismo tiempo.

    2. Fuera de estos casos, se impondrá la pena de cuatro a ocho años de prisión, y la de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de cuatro a ocho años.

    sedición.

    (Del lat. seditĭo, -ōnis).

    1. f. Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a la gravedad de la rebelión.

    2. f. Sublevación de las pasiones.

    Ahora sólo falta que alguien denuncie, pero ¿vale la pena convertir provocar el victimismo de ésta gentuza?

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  9. Táchese la palabra "convertir" de mi última frase.

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  10. Creo que no vale la pena, Flashman.
    Estoy con Baba O'Riley. Estos maporreros necesitan ser más estridentes que sus propios jefes, tanto para hacerles el trabajo como para llamar la atención. Pero los peligrosos son los Ayatolas.
    Lo que sí conviene es denunciar sus desmanes y recordar que están fuera de la legalidad. No sé, podríamos hacer un crispódromo o destacar la barbaridad de la semana.

    Por cierto, Baba.
    Veo que ha decidido por fin abrir su propia bitácora: Perdiendo el corazón
    Bienvenido sea. Esta página está condenada a ser un blog de referencia.

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  11. Además, supongo que por mucho que se incite a la sedición, si no se da ninguna acción calificable de tal y atribuible a dicha incitación no creo que haya causa legal por la que apostar.

    Esperemos que las palabras nunca pasen a los hechos.

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  12. No les dejaremos. Los Agapitos son pocos y cobardes.

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