martes, 19 de diciembre de 2006

Islamofobia y neuronas

0001.jpgSi hace pocos días el ministerio de industria me llamaba pirata, ahora es la Unión Europea quien me califica de islamófobo, xenófobo y racista. Quizá sea culpa de mis neuronas.

Y es que las pobrecillas funcionan de forma autónoma, sin atender a modas o consignas. Reciben información, la procesan y extraen sus propias conclusiones. No entienden de corrección política y suelen basar sus análisis en el sentido común.

En base a ellas ejerzo el derecho a criticar los efectos perniciosos que, bajo mi prisma, las religiones ejercen sobre la sociedad. Este paquete incluye por derecho propio al Islam.

Pues bien, leo en un informe, elaborado por el Observatorio del racismo y que tiene el nada tendencioso título de Los musulmanes en la Unión Europea; discriminación e islamofobia:
" … la hostilidad contra los musulmanes tiene que situarse en el contexto más general de la xenofobia y el racismo contra emigrantes y minorías".

Es muy duro encajar tal aseveración, sobre todo cuando descubres que, para ilustrar esta hostilidad hacia el Islam, el estudio pone ejemplos tan imbéciles como que el 93% de los europeos identificamos esta religión con la represión a la mujer.

Si verdades empíricas como ésta son tachadas de agresiones xenófobas y racistas ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Autocensurar desde Occidente cuanto haga referencia a la fe islámica? ¿Callar, mirar hacia otro lado o, como algunos querrían, retroceder nosotros tambien a la Edad Media?

La verdad, me cuesta mucho entenderlo. Y a mis neuronas más. Tienden a rebelarse y no las puedo culpar. Por ello, aunque cueste, seguiré dejándolas trabajar a su aire; mientras aguanten y sople el viento que sople.

3 comentarios:

  1. No si al final va resultar que pensamos igual y todo.

    Ni pongo ni quito una coma

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  2. Tienes toda la razon.

    Ademas, si algo nos ha dado la democracia es la libertad de decir lo que nosotros pensamos, basandonos siempre en los argumentos. Y si los islamicos se molestan, que vuelvan a su sociedad retrograda.

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  3. Hola, BernaNdo (con N antes de la D)
    Curioso nombre el tuyo, no lo conocía. Es una extraña mezcla entre quien esto suscribe (Bernardo) y el autor del comentaro (Armando).
    ¿Está hecho a propósito?

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