jueves, 16 de noviembre de 2006

Mil treinta y siete kilómetros.

1037 kilómetros. La distancia exacta que acabo de recorrer en mi coche para atender a un señor de Logroño que el lunes me emplazó a una reunión de trabajo en la capital de la Rioja y que hoy, a la hora de la verdad, tan siquiera me ha recibido por "imprevistos de agenda".

Eso si, me ha hecho esperar cuatro horas y media antes de confirmarme que, definitivamente, no nos podríamos ver.

Comprenderán que no tenga humor – ni tiempo- para hacer mi artículo diario. Mañana será otro día

PD. ¡¡ Me… -tacos, insultos y exabruptos varios- !!

5 comentarios:

  1. Lo siento, chaval. Qué impresentable.
    ¿Te pasaste por la Calle Laurel a tomar unos chiquitos de vino?

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  2. mil treinta y siete insultos llevo yo acordándome de toda la familia Lycos que ha sufrido un ataque ddos y me ha dejado dos días pensando en que coño he hecho yo para merecer esto y si ya es cuasualidad o no que cada vez que me meto con dios a través de sus representantes en la tierra, el servidor peta y me deja en el puto limbo.

    Creo que me voy a hacer emigrante y voy a emigrar a otro servidor en cuanto el cayuco de guardia pase por el manzanares.

    bbbbbbbrrrrrrrrrrrrrrr..............

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  3. A Abel.
    Claro, pero sin vino. Cuando trabajo no doy rienda suelta a mis instintos.
    Eso sí, compré un bote de espárragos que, visto desde fuera, parece más bien un manojo de consoladores en conserva.

    A Javier.
    Hay cosas que no cambian y Lycos parece ser una de ellas. Yo los tuve que abandonar tras sufrir mil putadas y migré a una pequeña compañía en la que conocía a sus responsables. Los problemas desaparecieron hasta hoy, me ayudaron en todo y si tengo cualquier duda o consulta sé que hay una persona real, con nombre y apellidos, al otro lado de la línea y no un cyborg para atenderte.

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  4. jeje

    Como mal de muchos dicen que es un consuelo me pasó lo mismo pero en Lyon, también fui en coche.

    Como ya estaba allí me metí en un buen restaurante francés y me bebí un botella de Rioja -Jumilla no tenían- y pedí queso Manchego -que tampoco tenían-, pero sólo por joder a los "infantesdelapatri"

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  5. Seguiré tu consejo, Armando
    Si vuelve a sucederme algo así me vengaré pidiendo en la capital de la Rioja un buen Medoc.

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