lunes, 13 de noviembre de 2006

Los nuevos caciques.

Urbanizacion_construida_Sesena.jpgFrancisco Hernando, más conocido como “Paco el Pocero” lanza a sus trabajadores a manifestarse para impedir que se detenga una urbanización ilegal en Seseña. Tras esa concentración, pende la sombra del despido.

Cuando era pequeño mi padre me comentaba que en su pueblo, los “señoritos” obligaban a sus jornaleros a ir a misa los domingos. Quien no lo hacía se exponía a castigos, reprimendas, pérdida del trabajo y, lo que era peor, aparecer como poco afecto al régimen en aquellos oscuros tiempos del franquismo más feroz.

Para cerciorarse, los terratenientes no dudaban a preguntar al azar entre sus trabajadores sobre el color de la túnica que exhibió el cura en la última misa o de qué iba el sermón. Quien no atinaba con las respuestas era víctima de un exhaustivo seguimiento.

Recuerdo que cuando escuchaba estas historias mi mente se llenaba de imágenes borrosas de una España rancia y oscura, de una Andalucía atrasada en la que aún pervivían servilismos medievales. Mil veces agradecí en silencio mis padres que hubieran emigrado a Barcelona. Por ellos y por mí.

Ahora, muerto el dictador y tras casi treinta años de experiencia democrática, la transformación de este país es evidente a todas luces. Sin embargo, hay cosas que parece que no cambian, o que afloran de nuevo.

Y es que si aquellos antiguos terratenientes consideraban que España era su cortijo por gracia de Dios y de Franco, estos nuevos señoritos actúan igual amparándose no ya en su alcurnia, sino en el poder que les otorgan sus impresionantes fortunas.

Y los nuevos jornaleros, los más necesitados, entre los que imagino muchos inmigrantes, a tragar y a salir a la calle a defender los intereses de su cacique.

La única nación desarrollada en la que aún se toleran estas prácticas es el Sur de Italia y cada vez nos parecemos más a ellos. En el país de la bota, la corrupción generalizada ha acabado imbricándose en todas sus instituciones como un cáncer.

Aquí solo es cuestión de tiempo.

4 comentarios:

  1. O ya se acabó el tiempo. Si este alcalde amanece con la cabeza de un caballo entre las sábanas habrá que rebuscar en los 7o y pico de metros de yate que el pocero se está haciendo constrir a cuenta del pau.

    Musho hijoputa hay. Afirmo.

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  2. No bien escribí esto ayer y hoy me entero de que el alcalde de Seseña teme presiones... de la camorra siciliana.
    Este hombre se la juega de verdad. Me imagino que los esfuerzos del Pocero irán encaminados a echarlo de la alcaldía como sea en las próximas municipales. Y para ello no dudará en untar a Dios y a su madre. Si no le sale bien... me da miedo pensarlo. La única forma de parar toso este sinsentido es una intervención judicial de urgencia.

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  3. el caciquismo jamas podra entrar en españa,sencillamente porque jamas ha salido,lo que pasa es que se esta institucionalizando a pasos tan agigantados que al final habra que crear un ministerio para los caciques.

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