jueves, 28 de septiembre de 2006

Bloody Ernest

573562.jpgHemingway confesó, por medio de unas cartas no publicadas hasta ahora, haber matado a 122 presos alemanes durante su estancia en Francia.

El material ha visto la luz a manos del periodista alemán Rainer Shmitz y forma parte de su libro ¿Que le ocurrió a la calavera de Schiller?. En dichas misivas, describe como el escritor mató a sangre frá a algunos de aquellos Krauts –alemanes-, disparándoles a bocajarro ya de frente o por la espalda En todos los casos las víctimas fueron presos desarmados confinados en campos de prisioneros franceses.

Hemingway, corresponsal de guerra y agente de la OSS –precursora de la CIA- ,estuvo un año en Francia en calidad de oficial y gobernó de facto Rambouillet, a las afueras de París. En una de estas cartas fechada tras la contienda, en 1950, Ernest Hemingway reconoce: “He hecho el cálculo con mucho cuidado y puedo decir que he matado a 122”.

El autor y premio Nóbel, que ya en 1936 confesaba que "ninguna cacería era comparable a la cacería del hombre", se suicidó en 1961, disparándose una escopeta en la boca.

Quizá quiso experimentar el placer sublime.
O no encontró a nadie a mano para quitarse el “mono”.

Aunque eso es lo de menos. Lo importante es que se murió. Este tipo era un monstruo.

PD: Dicen que Ernest Hemingway inventó el daiquiri durante su estancia en Cuba. Permítanme que lo dude. A buen seguro prefería el bloody Mary.

8 comentarios:

  1. La verdad, me cuesta mucho creer lo que acabo de leer. Si no fuera por el enlace juraría que no es cierto. Y aun así...

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  2. Puedo asegurar que la noticia es real. Apareció en el Corriere de la Sera y en enlace que aquí propongo es una traducción de la misma a cargo de La Nación (argentina)
    Desde luego la prensa no se ha hecho gran eco pero para eso estamos nosotros.
    Saludos

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  3. Al final descubriremos que ni los grandes genios escapan de ser humanos...
    Saludos.

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  4. Yo soy humano y no me siento identificado para nada con este tipo.
    Lo cierto es que, daiquiris aparte, tampoco me ha interesado demasiado su obra, quizá porque la leí a destiempo.
    En todo caso, veo difícil que vuelva a leer "adios a las armas" sin pensar en lo falso de su autor.

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  5. No me refiero a que te identifiques o no. Digo que el ser humano es (somos) en general un cabrón y no hay quien se escape de ello. Y de los grandes maestros de la literatura, de las artes y de las ciencias se nos ha vendido una imágen mítica que no corresponde a la realidad. El que no fue un alcohólico maltratador fue soldado en las más diversas guerras o cualquier cosa que gustes. Ni siquiera los "hombres santos" como Mahatma Gandhi se libran: como estaba en contra de toda agresión se opuso a que operaran a una hija (o mujer, no recuerdo) y ésta murió. Somos capaces de matar o dejar hacerlo por una idea, por poder o por placer. Y el que no mata disfruta con sucedáneos (pelis, literatura, cine, juegos). O somos crueles con quien tenemos al lado, en casa, a veces con los amigos, en el trabajo (esas puñaladas para medrar) o nos reímos de las desgracias ajenas: desde el traspiés y la caída a la tarta de nata contra la cara y ropa de un infeliz. Decir que el hombre es un lobo para el hombre es insultar a un noble animal. Admitámoslo.
    Saludos.

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  6. Estos debates acaban siempre en el mismo callejón sin salida
    ¿Debe juzgarse al artista exclusivamente por su obra vista como una creación aséptica y ajena al autor o su contexto?.
    Un claro ejemplo es Wagner. ¿Puede un amante de la ópera judío escuchar al autor alemán centrándose en la obra y alejándose de su carga cultural?
    Seguro que muchos sí. Pero como dijo Woody Allen "mi problema es que en cuanto escucho unos minutos a Wagner ¡me entran unas ganas de invadir Polonia...!"

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  7. Si independientemente del juicio al artista se juzgase la obra por la obra otro gallo cantaria. Por hacer un poco de demagogia, no vamos a desprestigiar lo que hicieron griegos o romanos, solo porque fuesen unos esclavistas... Sobre el caso en cuestion, creo que hay que estar en su piel para juzgarle, nadie de aquí ha estado en una guerra (imagino), y nadie de nosotros puede entender que la muerte se convierta en algo natural, pero inmagino, que puede llegar a pasar... siempre me he fiado más de un arrepentido...(la cosa es cual era su juicio sobre si mismo)

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  8. Te equivocas, Iggy
    Todos estamos en guerra, aunque no queramos darnos cuenta, si hemos de hacer caso a Aznar.
    Hablando en serio, creo que tienes bastante razón pero con matices.
    Estoy convencido de que guerra todos podríamos hacer barbaridades. No solo por salvar el pellejo -que tambien- sino porque la propia dinámica te deshumaniza. Creo que ya hemos hablado alguna vez de ello.
    Lo que aquí se revela es sadismo puro por parte de alguien que jamás entró en combate, que recibió galones simbólicos y que en teoría debía ocuparse, en su condición de periodista, de las miserias de la guera, lo cual atañe a ambos bandos.
    Ojo ,que el artículo deja bien claro que Hemingway era un bocazas, por lo que no se descarta que exagerara o directamente inventara sus presuntas "hazañas".
    Quizá, tambien, no puedo sustraerme a la manía que le tengo a este tipo. San Fermín tiene buena parte de la culpa aunque explicarlo sería un poco largo.
    Tiempo habrá. Celebro tenerte de nuevo por esta página.

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