conducir hasta que éste no presente las preceptivas fotografías sin el turbante que cubre su cabeza.El asunto ha causado indignación en las comunidades musulmanas, judías, sijs y ha levantado verdaderas ampollas entre otros colectivos.
La Asociación de Cornudos Franceses, una formación recientemente escindida de SOS Cornudos ha manifestado que una medida de este tipo atenta contra el derecho al honor, ya que obligaría a hacer públicas y visibles sus osamentas. Cornudos Sin Fronteras, por el contrario, ha hecho un llamamiento a sus militantes y simpatizantes para que reivindiquen el orgullo de lucir su testa coronada, ya que según afirma la organización, el colectivo de cornudos sufre una marginación social muy superior al de prostitutas u homosexuales.
Por último, Cuernos para la Tolerancia ha hecho una llamada al diálogo y la comprensión, proponiendo que quien desee ocultar sus pitones en documentos oficiales, acredite ante las autoridades pruebas fehacientes que prueben su condición. En este sentido, el Prefecto de París Pierre Telahinque sugiere que la mejor forma de llevar a cabo estas averiguaciones es hacer comparecer - a solas - a las mujeres de estos individuos, a fin de que expongan su testimonio sin reparar en detalles. No ha mencionado a los varones engañadores.
Sin embargo, la resistencia más feroz a esta medida la han protagonizado los seguidores de Bisoñés Mundi quienes al grito de "¡No sin mi peluquín!" se han atrincherado en la sede central de la gendarmería francesa mientras incitan a sus correligionarios a la guerra santa.
El ambiente de la protesta es aun tan enrarecido que rogamos a cualquier cornudo que pueda estar leyéndonos que amplíe esta información y aporte sus propios comentarios
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