sábado, 18 de marzo de 2006

Francisco José Alcaraz

El marido de la pescaderaPor los pelos. El título ideal para esta entrada hubiera sido "El marido de la peluquera" pero, siendo fieles a la verdad, el peluquero en excedencia es él y tampoco está casado con la antigua pescadera. Son pareja de hecho y actuales números uno y dos de la Asociación de Víctimas del Terrorismo.

Por los pelos. El título ideal para esta entrada hubiera sido "El marido de la peluquera" pero, siendo fieles a la verdad, el peluquero en excedencia es él y tampoco está casado con la antigua pescadera. Son pareja de hecho y actuales números uno y dos de la Asociación de Víctimas del Terrorismo.Hay quien sostiene que Alcaraz, al observar en su cuero cabelludo las primeras marcas de alopecia, entendió que su futuro no pasaba por los centros de tratamiento capilar que regentaba en Andalucía. Se imponía una nueva salida profesional.

Tampoco afirmaremos que fue entonces cuando comprendió que la gigantesca tragedia que padecieron su hermano y dos sobrinas de corta edad, asesinados por ETA en 1987, podía solucionar su futuro. Quizá solo se trate de conjeturas malintencionadas y lo único cierto sea que, cual San Pablo, en un momento dado cayó desde la silla articulada de su peluquería y vio la luz.

El caso es que en 1999 -¡doce años despues del atentado que costó la vida a sus familiares!- montó su primera -que no única- , asociación de víctmas. Fracasó en Andalucía, donde algunos aun lo califican de pirata, pero tuvo más suerte en Madrid, irrumpiendo en un momento en que la Asociación de Víctimas del Terrorismo, a la que aún no pertenecía, sufría un enorme vacío de poder. Se hizo un hueco en la junta junto a la pescadera en 2003.

Su gran oportunidad vendría en la primera quincena de mayo de 2004. Y no por culpa del brutal atentado islamista del día 11, como cabría suponer por el carácter de su institución, sino a consecuencia de la llegada al poder de Jose Luis Rodríguez Zapatero.

A partir de ese momento Alcaraz se alza como verdadero ariete de socialistas, fiel al PP hasta el punto de que, a su lado, Martínez Pujalte parecería un disidente, y presto a lanzar sus peores armas contra todo aquel que se oponga a la doctrina de Rajoy o, sobre todo, su querido Acebes.

En fin, semblanzas como la de Alcaraz, convertido de peluquero en poder fáctico, hay muchas. Todos conocemos a alguien que ha hecho lo imposible por medrar hasta situarse a la altura de sus ambiciones. Pero en este caso particular hay un pequeño detalle que distingue al actual presidente de la AVT sobre otros "trepas".

Los muertos.

Sus armas, su poder, el instrumento de coacción, su propia legitimidad se basa en los muertos, las víctimas inocentes que dieron la vida por una guerra que no era la suya y que Alcaraz usa a su antojo para fines que, en muchos casos, nada tienen que ver con el respeto a sus memorias o las de sus familiares.

De todas las formas indecentes de hacer política -y hay muchas - quizá esta sea la más ruín de todas.

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