jueves, 23 de marzo de 2006

AVISO IMPORTANTE A LA CIUDADANÍA (III)

O como Paco forzó el alto el fuego de ETA

LA HISTORIA DE PACO

"Cuando el encapuchado de la txapela vio aparecer aquel FIAT marea turbodiesel plagado de pegatinas despectivas sobre el Estatut, toros de Osborne follándose burros y banderitas de España preconstitucionales, le franqueó el paso al caserío sin hacer más preguntas. Total, apenas hacía unos minutos, ante sus ojos recortados tras visera del pasamontañas habían desfilado Carod Rovira sin más vestimenta que una túnica y corona de espinas; el obispo Blázquez transmutado de lagarterana; Otegui embozado en un uniforme reglamentario de la guardia civil,; Josep Piqué transmutado en vicetiple y el mismísimo Lehendakari recreando a la perfección a Mister Spot. Por tanto, aquella suerte de Torrente que conducía el viejo FIAT no podía ser sino otro miembro de la reunión.
Paco observó al gudari a través de sus gafas Rai-Ban de montura metálica, sintiendo como se le encogían las tripas. Aquel tipo era sin duda un terrorista. Había acudido a la cita alertado por el “soplo” de un tal Federico, quien le dijo que en aquel caserón de Getxo encontraría pruebas irrefutables de la conexión de ETA en los atentados del 11-M. Tal fue la profusión de detalles que Federico le brindó que Paco acabó convencido que tras aquel alias se escondía el mismísimo ministro del Interior.
- Usted sí que sabe, Ministro Alon…
- Llámeme Federico.
- Vale, vale –sonrió con orgullo Paco-. Si es que emplean ustedes unos métodos.
- Seguridad ante todo
- No, si desde luego, sabe más del Diablo por cojo que…
- ¡Su puta madre, mamón!
Paco se acercó con sigilo a la perta principal del caserío. El sudor perlaba su frente cuando descerrajó la Beretta delcalibre nueve milímetros parabellum y, asiéndola entre las dos manos, penetró en el viejo edificio.
“la hostia, que miedo tengo”
En el interior, unas voces se escuchaban con toda claridad.
- Pues no viene el juez ese de los cojones y me dice ¡ahíva la hostia! que me quiere, pues, enchironar,¿oiste, pues? Menos mal que un médico coleguilla, másabertzalequela madre que lo parió vay me dice: ¡No te preocupes, mecagüendiós, que te hago un parte de baja y se joden, cagúenlahostia, como Patxi que me llamo que te lo hago, pues.
- Tranquil, Arnau. Ten, vina, possat la corona de espinas. T´has de ir acostumbrando
- Compañeros, a este Carod no le entiende ni su padre.
-¡ Españolistas!
-¡Polacos!
Paco quedó rígido durante unos instantes. ¿Vascos? ¿Catalanes? ¿Había escuchado polacos o Polancos?. Sin duda, se trataba del grupúsculo de enemigos de España que Federico le vatició que encontraría en el recinto. Tragó saliva y, sin pensárselodos veces,entróde frente, pistola en mano,anaquel cenáculo de conspiradores.
- ¡Alto en nombre de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado!
- Pero… una presunta monja se giró hacia él clavándole sus ojos azules.
-¡Que nadie se mueva, me cago en San Peo bendito, o aquí se lía una masacre!
- Compañeras y compañeros ¿Pero que es esto?
- ¡Que te clales o te…! Hostias!
Aquella Sor Citroên que se había adelantado hacia él, no era MisterBean, como en un principio se podía suponer. Paco no tardó en reconocer que tras la figura de la religiosa se escondía… José Luis Rodríguez Zapatero.
- Señor presidente del gobierno de la Nación, -apenas pudo balbucear Paco- No aba cuanto siento…
No pudo decir más. Una legión de guardias civiles, policías nacionales, Hertzianas, Mossos de Escuadra, agentes del CNI, miembros de las fuerzas armadas y hasta efectivos de la policía municipal de Santurtze irrumpieron en el lugar. Otegui, al ver aquel despliegue policial sin precedentes, tuvo por seguro que el juez Grande Marlasca había organizado aquel despliegue con el fin de llevárselo a la Audiencia Nacional, por lo que comenzó a toser de forma convulsa y a expresar mediante grandes gritos lo malito que estaba y lo pachucho que se encontraba. Mientras los escoltas intentaban retirar a la autoridades, los agentes del orden, que literalmente no cabían en la sala, se dedicaban a dispararse entre sí. Paco aprovechó la confusión para evaluar las diferentes alternativas que ofrecía la huída. La única posibilidad de escapar pasaba por que nadie reconociera su rostro y la oportunidad se le presentó al descubrir en el suelo un pasamontañas similar al que usaba el tipo de la entrada. Arrastrándose entre las botas militares de todos aquellos miembros de los Cuerpos Y Fuerzas de Seguridad del Estado, logró tomar la prenda y embozársela. De esta guisa, arrastrándose entre las sangre de sus propios compañeros, cada vez más desorientado, por fin dio con lo que creía la puerta de salida. Su sorpresa fue mayúscula cuando, al abrirla, se encontró con dos terroristas que lo miraban con cierto desprecio de arriba a abajo.
- Joder, Aitor, qué tonto eres -dijo una voz femenina con la cara cubierta-. Anda, ponte ya la txapela de una puta vez que empezamos a grabar.

EPÏLOGO

Si observan con atención el vídeo del comunicado de ETA difundido hoy, comprobarán cómo uno de los encapuchados, el de la derecha, no para de revolverse inquieto en su silla, aunque no dice ni una sola palabra. Ahora ya conocen el motivo.
Como es natural, Paco acabó siendo descubierto cuando, tras salir de copas con su dos acompañantes, los gudaris empezaron a recelar de él, ya que el muy mierdas solo aguantó veintitrés txiquitos de nada antes de venirse abajo.
“Este no puede ser de Bilbao” –argumentaron.
En la actualidad Jose Luis Rodríguez Zapatero se debate en la tesitura de enviar a Paco a Guantánamo, junto a Curtis y Mariano, o nombrarlo Ministro del Interior".

NOTA DEL AUTOR.

Este texto, excepto alguna variación final forzada por los acontecimientos, estaba ya listo para su entrada en el blog cuando ha saltado la noticia del alto el fuego permanente de ETA. Tras algunas deliberaciones he decidido publicarlo. Hoy es un día feliz y “EL Siglo… no quiere ser trascendente sino participar de esta alegría poniendo una sonrisa en los labios.

Hoy creo más que nunca que podemos conseguir que el siglo XXI sea El Siglo de las Luces.

No se qué sucederá mañana, pero esta noche quiero irme a dormir con esa ilusión.

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